martes, 2 de octubre de 2007

Dictadores

Aprenden de niños que quien manda es el mas fuerte y para demostrar que ellos son los que mandan, que deben mandar o bien para que los que no creen en el por sus capacidades acaben cediendo para dejarle mandar lo que hacen los dictadores es dar muestras de violencia gratuita e injustificada, al estilo de la dictadura militar argentina o la de Pinochet.
Esta técnica tambien se utiliza en las guerras cuando se conquista al enemigo. Se mata gratuitamente a civiles, se violan a la mujeres, se saquean y destruyen los bienes materiales. Es más efectivo utilizar esta violencia con conquistados como espectadores. Con ello se consigue sumisión del pueblo conquistado y los conquistadores canalizan su instinto de venganza, “justicia” y supervivencia en un entorno tan hostil como la guerra.

Tanto al dictador como el militar en guerra demostrar que pueden hacer daño les da seguridad y superioridad. Para sentirse totalmente seguros necesitan mandar.

En el fondo son personas inseguras o con sentimiento de inferioridad que intentan solucionar estos sentimientos con la violencia para ganar respeto y seguridad. Una vez consiguen unos cuantos exitos llegan a creerse muy superiores.


Su motivación es el poder absoluto, que significa mandar sin restricciones y oposición y vivir en un entorno ausente de normas al menos para ellos no para sus ciudadanos. Algunos son muy caprichosos, desean todo y no valoran nada lo que tienen. Lo que les motiva no es tanto la posesión de bienes materiales de lujo sinó poder “quemarlos” y sentirse onnipotentes. También les satisface manipular al personal que le sirve o ejecuta sus voluntades dando órdenes contradictorias, poniéndoles en situaciones límite sólo para humillarlos, verlos sufrir y sentir que tienen control sobre otras personas sin que estas muestren oposición.
Se creen onipotentes, no toleran que alguien contradiga sus ideas o voluntades.
Carecen de empatia. Su forma de resolver las discrepancias o mínima oposición es con la violencia. No han aprendido a solucionar problemas con el diálogo o negociación.
Con el tiempo llegan a creer que son semidioses, poseedores de unas cualidades especiales. Se creen líderse innatos, unos escogidos del destino para gobernar a un pueblo y guiarlos hacia un futuro mejor. Se creen perfectos no reconocen sus errores o incapacidades como gestores y los esconden bajo una neurosis de complots o enemigos poco claros contra el régimen dictatorial. Otras veces estos enemigos del régimen son la excusa perfecta para mostrarse violentos delante del pueblo “sobre el que tienen la misión divina o inevitable del destino que gobernar”. La violencia en realidad les sirve para sentirse seguros.

Se sienten realizados cuando son apoyados por las masas. Necesitan del contacto con las multitudes y que estas los aclamen como líderes. Es entonces cuando su misión de gobernar, su vida y necesidad de mandar a una multitud adquiere sentido. Justifican la violencia y el autoritarismo absoluto como único camino para gobernar de manera ordena y con una dirección a un pueblo. Para ello se valen de un sistema legal muy cerrado, que en algunos casos solo beneficia a la economia del dictador y estrangula económicamente al pueblo y de un ejercito represor o que sirve para infundir temor.

Entre los líderes políticos de las llamadas democracias algunos suelen tener alguno rasgo de los descritos, pero la separación de poderes judicial, ejecutivo, legislativo y militar hace que se frena el desarrollo completo de su personalidad dictatorial. El criminal o el dictador lo son por motivos genéticos, por aprendizaje y también por factor entorno. Digamos que la democracia es un factor entorno que dificulta el desarrollo del dictador, aunque no lo impide si sabe venderse bien y recaudar una mayoria absoluta.

El rasgo más comun entre los líderes de las democracias es el afan de protagonismo. Para ello pueden elaborar discursos que ellos mismos pueden creer que su aplicación no seria favorable para el bien comun a largo plazo pero si que lo es para ellos porque es lo que una parte del pueblo quiere oir y como consecuencia le apoyaran y le haran sentir protagonista, líder, ser necesario para conducir a las masas. Despues, dependiendo de las ansias de peloteo, protagonismo e inseguridad que tenga el líder creará normas para dividir a la oposición como: Sindicato único o prohibición de sindicatos, restricciones a la libertat de expresión artísta oy de prensa y nacionalizar empresas para obtener beneficios personales y debilitar al capital privado y ganar poder. A la vez se creará enemigos ideológicos (“comunistas, maricones, masones o como los quiera llamar”) y enaltecerá ciertas conductas bajo una idelogía simple u organismos asociativos (sindicato único, asociaciones culturales, etc…). Otras veces se mostrará generoso económicamente, en especial con los más desfavorecidos socialmente. El objetivo es sentirse alabado, recibir apoyo popular y mantener fuerte su autoestima. Apoya a los más desfavorecidos porque por cada unidad monetaria gastada és más facil que obtengan satisfacción un mayor número de personas que no si lo invirtieses en gente pudiente. Cuanto más se tiene más caro es satisfacer las necesidades superiores. Tampoco donará a personas que puedan utilizar recursos contra el.

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