domingo, 22 de marzo de 2009

Egocéntricos e ineptos gobiernan pero no gestionan. Crisis energética, alimentaria, de salud, de honradez y compromiso.

Nuestra civilización esta cerca del colapso o de una reducción drástica de la población probablemente a causa de fuertes conflictos sociales. Aunque a principios de 2009 estemos ante una previsión cortoplacista de reducción de precios y hasta deflacionaria el futuro no muy lejano, puede virar bruscamente hacia una fuerte inflación causada por la combinación de un insuficiente desarrollo tecnológico en áreas como la energía y la falta de financiación de proyectos empresariales por el excesivo apalancamiento y riesgo asumido por bancos en los últimos años. Se ha prestado a insolventes sin proyecto para retornar el préstamo.

Las empresas petrolíferas dicen que no piensan invertir en buscar nuevos yacimientos a los precios actuales del petroleo. Por lo tanto esto generará una escasez en pocos años. Como no hay una alternativa seria o lo suficientemente grande para sustituir al petroleo y este será escaso volveremos a tener precios altos. Lo que no sabemos es si la negativa a invertir es una decisión consensuada le las petroleras, que en el fondo quieren una oferta mundial escasa para obtener más beneficio o actuar como oligopolio alegando escasez de materia prima o bien quizá es verdad que a precios actuales no les compensa la inversión en buscar nuevos yacimientos. Si la verdad es esta última resultará que nos encontramos en el límite de la tecnología para mantener a la cantidad de población actual. Es decir, que para que la población siga creciendo habrá de haber mejoras tecnológicas que nos provean de energía más barata y deseablemente límpia, en caso contrario no todos podremos pagarla y la población vivirá peor, la esperanza de vida bajará, las luchas sociales por los recursos serán muy violentas y acabaremos siendo menos personas en este planeta.

La capacidad de innovación tecnológica es de rendimientos marginales decrecientes a largo plazo. Es decir, que lo fácil y con pocos recursos ya se ha descubierto y aunque hoy contemos con la gran ayuda de la informática para continuar entendiendo nuestro entorno resulta que cada vez hacen falta más y más recursos humanos y sobretodo financieros. Cada vez se ha de invertir más para obtener algo y gran parte de la investigación no es directamente aplicable al mundo empresarial, sinó que son conocimientos que generaran otros conocimientos con más investigación. No hay a corto plazo una alternativa al petroleo y la cantidad necesaria de inversión para encontrarla es supuestamente muy alta. Aunque siempre nos cabe la esperanza de los hechos excepcionales, descubrimientos no esperados, que rompen un patrón conductual o esperado.

Si es verdad que nos encontramos en el límite tecnológico para proveernos cada vez de más energía, para mantener el crecimiento económico a niveles actuales ¿Qué coño hacen los líderes sociales o gobernantes, sin dedicar una cantidad ingente de recursos a solventar este gravísimo problema?
A un líder político lo que le interesa es mantenerse en el poder y acumular más. Pero si los precios de la energía se disparan su estabilidad en el cargo y estatus social peligran; las masas pueden volverse en contra suyo enfurecidas. No es que el peligro no exista, que los políticos viven tan bien y las diferencias sociales con gran parte de la población que les legitima en el cargo son tant y tant grandes que se creen invulnerables, como si su estatus fuese hasta el final de su vida. No hacen nada, como tampoco hizo nada el Rey Sol y todos sus cortesanos que vivían como dioses en el palacio de Versalles mientras la población no que no tenia el estatus de nobleza moría de hambre. El hambre, la falta de recursos tecnológicos en la producción alimentaria para el volumen de población era un problema real, pero la clase dirigente lo ignoró de la misma manera que ahora ignora la falta de recursos tecnológicos para proveernos de energía suficiente.

La preocupación del político es mantenerse en el poder pero como hay competencia, una oposición y en democracia una evaluación de la gestión cada pocos años conlleva a que sus esfuerzos no se dediquen a gestionar recursos con resultados a largo plazo, intentando maximizar las variables crecimiento y estabilidad cuyo resultado de la gestión sería superior al periodo que transcurre entre evaluaciones demócratas; sinó que las preocupaciones son informar o emitir juicios de valor sin base científica o evidencia a los evaluadores intentando hacer responsables de los problemas sociales a la oposición a la vez que apropiarse de los progresos sociales como si ellos fuesen los causantes o gestores. Entre los evaluadores, votantes en la democracia, no existe confianza o hay poca credibilidad hacia las informaciones o hasta esperanzas de futuro que venden los líderes sociales y políticos. Conscientemente o inconscientemente sabemos que ellos no gestionan nada. Que quien gestiona son los altos funcionarios y que estos muchas veces no escogen lo mejor ya que en algunos casos son corruptos, o se ven obligados a no escoger la mejor opción en sus decisiones si quieren mantenerse en el cargo, ya que el partido que los puso en un alto nivel de decisión depende de la financiación de determinadas empresas que conviene favorecer, aunque con ello no se gestionen bien los recursos naturales, se limite la competencia o se ponga en peligro el crecimiento económico o la estabilidad de precios a largo plazo.

Hoy nos encontramos con graves problemas por culpa de altos funcionarios al servicio de intereses políticos. Tenemos un constreñimiento financiero por culpa de una burbuja inmobiliaria y unos productos de inversión y ahorro solo comparables a azhar de los juegos de casino. Hace unos 5 siglos Holanda quedó arruinada con la especulación del los futuros en el mercado del los tulipanes. Hoy no sigue sin controlarse el uso especulativo de productos financieros que tienen su sentido y son necesarios, pero su uso ha de quedar limitado con un reflejo a la economía real, no a al pura especulación.
A corto plazo esta exuberancia financiera irracional provocó crecimiento económico y social. El gran incremento de la masa monetaria, la liquidez desbordante y su consiguiente aumento de las rentas, de la riqueza, desigualmente distribuida, fue encauzado en productos financieros especulativos e inmobiliarios, creando una gran burbuja. Pero desincentivaron la inversión en conocimiento, y a largo están provocando parálisis económica y creo que nos conducirá a una civilización en crisis ya que los bancos prestan con mucha cautela ya no ven retornar sus prestamos. Uno de los principales sectores perjudicados es el alimentario en los países emergentes y pobres. Buena parte de la su población depende del sector agrícola. Si a la falta de financiación le sumamos una fuerte inflación de la energía, los fertilizantes y plaguicidas (algunos de ellos derivados del petroleo) nos encontraremos en un entorno de masas sociales furibundas, con precios alimentarios mucho más altos.
También es un grave problema la gestión de los residuos y los elementos químicos en forma de residuo que perjudican nuestra salud, elementos que han sido creados para aumentar la productividad empresarial y los beneficios. Cada año se comercializan sustancias nuevas de no se sabe bien que alcance pueden tener sobre al salud humana a medio plazo y si se sospecha algo no se investiga bien o hasta que se han obtenido una cantidad considerable de beneficios. Es tan grande la avaricia y la sed de dinero y poder de la clase política que son incapaces de poner freno a ciertas innovaciones tecnológicas que nos perjudican la salud. Estamos convirtiendo el planeta en un estercolero, nos comportamos como cerdos hacinados en granjas, rodeados por moléculas inventadas para una vida mejor pero con efectos secundarios a largo plazo perjudiciales.Si hay crisis, puede servir como excusa volver a utizar métodos productivos más contaminantes por ser de menor coste.

¿Llegaremos a un mundo sin estados, en que la personas no estén regidas por normas según su país sinó según en la empresa que trabajen y que cada empresa destine lo que pueda en investigación para ganar más mercado a la vez que también tuviesen su propio ejército? En un mundo así no tendría cabida la clase política, estaríamos gobernados por tecnócratas preocupados por maximizar la rentabilidad y la productividad, donde la clase con más estatus serían las personas dedicadas a la ciencia y al conocimiento.